La secretaria de Minería de la Nación, Flavia Royon, tiene en agenda el desafío de aumentar la producción del litio en el NOA e iniciar la construcción de los proyectos de cobre. Qué pasará con el oro, la plata y las retenciones al sector.
Cambió la especialidad, pero mantiene el cargo. Flavia Royón continuará ejerciendo la función pública pese al cambio de signo político en la Casa Rosada: es la secretaria de Minería de la Nación de Javier Milei. Apadrinada por el gobernador salteño Gustavo Sáenz, la funcionaria, oriunda de esa provincia, acaba de dejar hace apenas un mes de responder a Sergio Massa como titular de la Secretaría de Energía para pasar a dirigir la Secretaría de Minería, que ahora depende del Ministerio de Economía al mando de Luis Caputo.
La designación de Flavia Royón se oficializó mediante el Decreto 91/2023, firmado por el presidente en la última semana del año, a pesar de que su nombre como autoridad minera nacional estaba confirmado, prácticamente, desde la asunción de Milei el 10 de diciembre.
La espera inquietó en su momento al sector, que aguardaba por un interlocutor válido en el Gobierno que pudiera atender el rechazo del aumento de las retenciones a las exportaciones mineras establecido entre las primeras medidas anunciadas por Caputo, junto con la devaluación del tipo de cambio oficial, más el aumento del impuesto país.
No obstante el panorama sobre ese ítem, el sector tuvo una novedad casi a la par de confirmarse el nombramiento de Royón cuando el Gobierno nacional presentó el proyecto de ley titulado “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos“.
En el texto de la iniciativa, que ahora está en análisis en el Congreso de la Nación, se indica que los segmentos de hidrocarburos y de la minería serán los únicos que no sufrirán un aumento en los derechos de exportación, aunque sí se aclara que mantendrán los porcentajes que tienen actualmente, que se suponía tenían vencimiento en diciembre.
En efecto, la norma, también llamada “Ley Ómnibus”, que ingresó a la Cámara de Diputados de la Nación, dice explícitamente en su artículo 204: “Manténgase la vigencia de los derechos de exportación actualmente vigentes para los hidrocarburos y la minería“. Para el caso minero, se trata de un 4,5% para las exportaciones de carbonato de litio y de un 8% para las de oro y de plata.
De todos modos, se trata de un proyecto de ley que todavía debe ser tratado en las dos cámaras. Las empresas mineras están atentas a esto y si bien insisten en que es necesario que los derechos de exportación sean eliminados como herramienta tributaria, estarían conformes con que no haya aumentos en los porcentajes de retención, más que nada porque que se mantengan sería un escenario de alguna forma previsible, teniendo en cuenta el contexto crítico de la economía del país.
Los desafíos
El potencial del sector minero a nivel nacional hoy está depositado en los proyectos de litio y de cobre, que posicionan a Argentina, más allá de lo estrictamente productivo, en un lugar geopolítico protagónico en la escena global de la transición energética.
En estos dos sectores se espera que Flavia Royón se focalice: para el caso del litio, con el objetivo de aumentar la producción en las provincias de Jujuy, Catamarca y Salta, y para el cobre, en lograr poder reactivar los procesos iniciados y poder poner en marcha, finalmente, la construcción de alguno de los millonarios proyectos que están en carpeta.
Pero hay otro requerimiento. El sector reclama que también se atienda la crítica situación de declino que atraviesa el sector del oro y la plata, que tiene que ver con la combinación de la maduración de los yacimientos, más la alta inflación y los aumentos de costos en dólares, en el marco de una economía distorsionada.
La tendencia a la baja, sin embargo, no modificó el lugar protagónico que en términos concretos tienen el oro y la plata en las arcas fiscales: más del 75% de las exportaciones mineras proviene de las operaciones con esos minerales metalíferos. Siendo Santa Cruz la principal exportadora de oro del país.
Para revertir la tendencia que marca el declino del sector aurífero debería, al menos, duplicarse la actividad exploratoria actual, de manera que en el corto plazo se pueda empezar a reemplazar las operaciones que van a desaparecer en los próximos cinco años.
En la actualidad son 13 las minas de oro que están en producción en el país. De ese puñado, siete están emplazadas en el territorio de Santa Cruz, que es la provincia que sin dudas tiene un rol central en materia minera.
Exploración
En Santa Cruz, de no mediar nuevos proyectos que inicien sus tareas de producción, para 2030/2032 podría quedar una sola mina en operación. Durante el año que acaba de terminar, se llevaron a cabo trabajos exploratorios de oro y plata en extensiones que, aproximadamente, sumaron unos 75.000 metros. Cada metro demandó una inversión de unos 280 dólares.
Pero estos costos se pueden duplicar y, en casos extremos, hasta triplicar si el trabajo exploratorio es desarrollado en plena cordillera.
Para este 2024, se espera que la exploración, sólo en Santa Cruz, pueda alcanzar como mínimo una extensión de 150.000 metros explorados en oro y la plata. De concretarse, la inversión que demandará la tarea de base, rondaría los 42 millones de dólares sólo en esta etapa.
Sabrina Pont para La Opinion Austral