Oscar Félix Giaupe tiene 19 años, su diagnóstico es de parálisis cerebral y paraplejia espástica, y, aun así, su familia quiere cumplirle su gran sueño: poder gestionar un scooter ortopédico eléctrico para movilidad reducida de 4 ruedas, lo que cambiaría su vida por completo. Nuestro vecino necesita un gran gesto de vida, y vamos a perseguir sus sueños paso a paso.
«Oscarcito» para todos los vecinos de Perito Moreno, es un chico que siempre esta alegre, siempre con la mejor energía en su vida, y del que últimamente no se lo ha visto tan seguido en la vía pública como acostumbraba hacerlo. Al no contar con su rodado en condiciones, nuestro vecino se recluyó en su hogar, y creemos firmemente que no hay obstáculo alguno para dar una gran muestra de esfuerzo en conjunto.
Su diagnóstico es de parálisis cerebral y paraplejia espástica, el cual es un trastorno neurodegenerativo caracterizado por una espasticidad progresiva y simétrica, aumento de los reflejos osteomusculares y parálisis de las extremidades inferiores.
Actualmente en el mercado argentino, un scooter ortopédico eléctrico para movilidad reducida de 4 ruedas ronda los 2.800.000 (pesos dos millones con ochocientos mil con 00/100 ctvs), es una unidad especial que Oscar podría conducir y sería su medio de transporte para mejorar su calidad de vida, que es el gran sueño de él, como el de toda su familia. En caso de no poder llegar a gestionar esta unidad, se podría optar por una silla de ruedas eléctrica, armada a la medida de Oscar para que pueda tomar aire en sus jornadas, siempre hay una opción viable.
En tiempos de campañas políticas, en donde los las inversiones monetarias superan la expectativa con carteles, lonas y publicidad, muy noble sería el gesto (sin tintes políticos) de tomar una política de inversión para promover una mejor calidad de vida para Oscar, sería una decisión primeramente necesaria para que pueda mejorar su día a día; y creemos que ese sería el mejor ejemplo en vida para muchas personas que pregonan el amor al pueblo de Perito Moreno.
Pueden existir opciones en el mercado para poder contribuir a este gran sueño, pero lo que no deja de ser un desafío, es considerar la posibilidad de que se aplica una política de inversión fuerte en nuestros jóvenes, quienes necesitan una mano tendida para todo el viaje; es una política inclusiva y necesaria en nuestros tiempos, es una forma de mostrar con hechos lo que hace la política benignamente.
La propuesta, consentida con la familia, es puesta de manifiesto para ser considerada en la involucración de áreas de discapacidad, funcionarios actuales y candidatos como candidatas a ocupar cargos públicos en las próximas elecciones, a fin de que puedan comprender, que el verdadero amor al prójimo comienza con los mejores ejemplos, aquellos que nos llevaremos para toda la vida en el corazón.
Esperemos que alguien tome la seria iniciativa de suplir por dibujarle una sonrisa a Oscar, y a la comunidad toda, porque quien bregue por esta acción, se gana el cielo por adelantado.