La especulación se debe al triple impacto entre la suba de tarifas y la quita del subsidio patagónico enmarcada en la Ley Ómnibus, más la indexación mensual.
En este último tiempo, a nivel nacional se está hablando de una completa actualización en las tarifas de gas, lo cual implica una la eliminación del fondo específico para aplicar un descuento del 50% en las facturas de la Patagonia y otras regiones de baja temperatura del país, lo que implicaría un aumento del monto a pagar en invierno de un 900% en el próximo invierno. Por ejemplo, un usuario de consumo medio, que pagó 10.000 pesos en el invierno pasado, podría afrontar unos 60.000 pesos en los meses más fríos de 2024. Y duplicar ese valor si se elimina el régimen de zonas frías.
Aún hay un margen de lo que pueda suceder en el recinto, cuanto se lleve adelante el debate del proyecto en esta semana: la mayoría de los diputados patagónicos (salvo los alineados con la Libertad Avanza) votará en contra de ese artículo específico, lo que sumado a los votos de la oposición podría significar que finalmente se descarte ese recorte (luego habrá que esperar la ratificación en Senado). Sin embargo, el riesgo está latente, por lo que urge advertir la implicancia concreta que tendría esa medida.
Los motivos por los cual se quiere eliminar la ley
Se puede observar en el texto del proyecto de ley, que habrá un cambio sustancial en la asignación de fondos recaudados por las leyes Nº25.565 y la Ley Nº27.637. En el artículo 75 de la primera norma mencionada se crea el Fondo Fiduciario, solventado por un aporte adicional de todos los usuarios de gas del país, para solventar el descuento del 50% en las tarifas de la Patagonia y Malargüe y la zona de la Puna.
En el nuevo sistema, el subsidio sólo se destinará a cubrir la diferencia entre el costo de esa canasta y el ingreso del hogar que no alcance para solventarla, lo que en la práctica significa que una gran mayoría de usuarios perderá el beneficio.
Es por ello que el argumento por parte del gobierno para eliminar los subsidios es buscar disminuir el déficit fiscal. Sin embargo, en lo que refiere al derecho adquirido de los patagónicos, no hay ningún aporte estatal ni generación de déficit, ya que, vale insistir, se trata de un fondo aportado por todos los usuarios de gas del país, incluidos los propios habitantes de esta región.
El impacto en la factura de gas
Con relación a la factura de gas, esta se verá incrementada por la suba de los 3 componentes básicos, que inciden de distinta manera en el costo final. El mayor peso lo tiene el costo del gas, que representa alrededor del 50% de la factura y se incrementará de 70 centavos a 4 dólares en 3 meses, lo que significa una suba del 500%.
A esto se suman los otros componentes, Transporte y Distribución, que también actualizarán sus valores en porcentajes cercanos al 600%, aunque con una incidencia menor dentro de la factura final.
Vale recordar que todavía está vigente el sistema de segmentación aplicado por el gobierno anterior, que dividió a la población entre hogares de altos (definidos como N1), medios (N3) y bajos ingresos (N2).
Según esa clasificación, los hogares N1 ya pagan un monto que está cerca del valor real del gas, por lo que la diferencia para cubrir es inferior a los hogares N2, de más bajos recursos, que tienen hasta ahora la mayor asistencia del Estado, por lo que perderían esa cobertura. Así, la mayor suba la tendrán los hogares de menores ingresos, pudiendo llegar hasta el 1.600% de incremento, mientras los de más altos ingresos tendrán un ajuste del 600% promedio.
$60.000 en el invierno
Para el caso de que se aprueben los incrementos solicitados por transportistas y distribuidores (algo que todavía está en estudio), un usuario N1, de altos ingresos, que en el invierno pasado abonó una factura en torno a los $10.000, contando el período de mayor consumo, con los nuevos valores esa factura se multiplicaría por algo más de 5 veces, es decir que se proyectaría hasta el orden de los $56.000.
Y una familia segmentada en el nivel N2, de bajos ingresos, que pagó alrededor de $4.000 en la parte más cruda del invierno, ahora, debería afrontar una boleta de $60.000, en caso de aprobarse todas las subas tarifarias solicitadas, ya que sufriría el mayor aumento, multiplicando por casi 17 veces.
Hay dos salvedades para hacer sobre estos números, que sin dudas provocan preocupación. La primera es que los cuadros tarifarios todavía no están aprobados y podrían ser morigerados, al menos en lo que refiere a Transporte y Distribución. La segunda es que el mayor ‘golpe’ se da en los meses más fríos, ya que en las proyecciones de la factura promedio, para casi todos los usuarios (ya que la diferencia de tarifas tiende a desaparecer), se ubicaría en torno a los $25.000 mensuales.
Como contrapeso de aquellos ‘atenuantes’, aparecen los factores agravantes. El primero es que, además, a partir de abril, habrá un sistema de indexación de la tarifa en forma mensual, es decir, que se irá actualizando todos los meses de acuerdo con la inflación.
El segundo se vincula con la posible eliminación o reasignación del fondo fiduciario que rige para la Patagonia, porque si eso se concreta, entonces a los aumentos arriba reseñados habría que multiplicar, genéricamente, por dos.
Posible quita del 50% de descuento en la Patagonia
De mantenerse estas proyecciones del impacto en la tarifa, falta estimar qué podría pasar si se elimina el régimen de zona fría en la región patagónica. Cuando se observa la factura, surge que hay un descuento del 50% sobre los ítems de cargo fijo y consumo de gas (donde está incluido el costo del fluido, más el costo de transporte y distribución), por lo que, sin el subsidio patagónico, el valor de la última factura de invierno era equivalente al doble de lo efectivamente abonado.
En esta hipótesis de posibles aumentos, si se confirmaran las subas tarifarias arriba indicadas, habría que sumar entonces otro 100% sobre el valor final, por lo que los valores proyectados para el usuario R3.1 (y para todos los rangos de consumo) deberían multiplicarse por 2.
Por otra parte, los usuarios de cada categoría verían impactos en proporciones similares a las arriba indicadas, para cada uno de los segmentos. Por eso, es posible hacer una estimación sobre cada factura, observando cuánto pagó de gas en los meses de julio y agosto, para multiplicar por 6, por 10 o 17 veces ese valor, según esté segmentado como N1, N2, o N3.
Y si la mayoría de los diputados nacionales no rechaza el artículo 292 esta semana, a esos valores habrá que volver a multiplicarlos por 2.
TiempoSur Digital