De acuerdo a los datos suministrados por el sitio de estadísticas Argendata-Fundar donde se tabuló la cantidad de empleados públicos cada 1.000 habitantes en las 24 provincias de la Argentina, Santa Cruz es quien mayor cantidad de gente emplea en el Estado y lidera el ranking, tomando como base poblacional (oficial) el Censo del año 2022.

Santa Cruz al tope de la lista con 117,7 empleados por cada mil habitantes, seguida por La Rioja (114,8) y Catamarca (111,4). En el otro extremo aparecen Córdoba (40,3), Santa Fe (45,3) y Buenos Aires (46,7).

El empleo público argentino se concentra en tres grandes áreas: administración pública y defensa (55,2%), educación (26,4%) y salud (18,4%).

El empleo público provincial, como detalla la muestra, incluye no sólo a quienes trabajan para el gobierno provincial o municipal, sino también a los empleados nacionales que residen allí. Tierra del Fuego (106) junto con La Pampa, están entre las menos pobladas del país y también pertenecen a la región patagónica.

Dentro de los motivos lógicos que fundamenta la consultora expresa “Por las economías de escala del sector público. Las provincias chicas necesitan sostener estructuras básicas de administración, salud, educación y seguridad que, al dividirse entre menos habitantes, resultan en un mayor ratio. Una escuela rural en Santa Cruz puede atender a pocos alumnos, pero requiere casi la misma cantidad de docentes y personal administrativo que una escuela urbana en Buenos Aires con cientos de estudiantes”.

La composición del empleo público varía según la provincia, y se observa un patrón claro. De acuerdo al análisis en las jurisdicciones con más empleados públicos por habitante, como es el caso de Santa Cruz, Tierra del Fuego o Catamarca, en el norte, predomina la administración pública dentro de la estructura estatal. En cambio, en provincias densamente pobladas como Buenos Aires o Santa Fe, el peso de la administración pública es menor y ganan protagonismo la educación y la salud.

El Estado el gran empleador

Una explicación posible es la menor densidad del sector privado en territorios con baja población. Allí, el Estado -a través de la administración pública- suele actuar como empleador de última instancia frente a la falta de oportunidades en el mercado laboral privado”, remarca Argendata obviando decir, aunque lo soslaya, que todo proviene del uso político del empleo público que, como ocurre en nuestra provincia desde hace 30 años a la fecha, el Estado provincial incorpora cargos políticos, funcionarios que nunca se van y empleados, en su mayoría compromisos de campaña o, tal el invento de Alicia Kirchner que sigue vigente hoy por Claudio Vidal, la construcción de “cooperativas”, que lejos de ser una conformación destinada a repartir utilidades entre sus componentes, funcionan como reductos de desempleados que cobran bajos salarios y un par de “directivos”. (vivos) se llenan de plata.

En síntesis, las provincias como Santa Cruz que están por arriba de la zona verde del gráfico, funcionan como verdaderas “Agencias de empleo”, lo cual impacta decididamente en los fondos que debe administrar, donde el 80% de lo que recauda, se va en salarios.

Esto lleva a tener consecuencias nefastas desde el punto de vista social: pauperiza los salarios, achata la pirámide del empleo público, desjerarquiza la función y le hacer perder calidad institucional y social a la provincia, dejando como es el caso de Santa Cruz, a un 60% de los empleados públicos bajo la línea de pobreza, mientras la provincia descansa en un lecho de petróleo, oro y plata, recursos ictícolas interminables, con los mayores atractivos turísticos y apenas 320 mil habitantes sobre su inmensa geografía.

Rubén Lasagno para Agencia OPI Santa Cruz

Por Infomix