La profunda crisis que atraviesa el sector petrolero en Santa Cruz, tras la retirada de YPF de los pozos maduros y la creciente ola de retiros voluntarios, el Gobierno provincial ha anunciado un plan de capacitación para reubicar a trabajadores del sector en la industria minera. La secretaria de Minería de Santa Cruz, Nadia Ricci, en declaraciones a Radio Vanguardia, afirmó: «No se podrá absorber a todos, pero estamos gestionando capacitaciones junto a las empresas y municipios afectados».
Sin embargo, esta iniciativa plantea serias interrogantes sobre su viabilidad y eficacia. ¿Es la minería la única alternativa real y sostenible para los trabajadores petroleros? ¿Contempla el Gobierno los riesgos inherentes a la actividad minera y la necesidad de una formación exhaustiva para un desempeño seguro y eficiente?
Interrogantes sobre la mesa
La reconversión laboral de petroleros hacia la minería plantea desafíos significativos. En primer lugar, la minería requiere habilidades y conocimientos técnicos específicos, muy diferentes a los del sector petrolero. ¿Será suficiente una capacitación para garantizar la seguridad y eficiencia de los nuevos trabajadores en un entorno tan distinto? ¿No podría una formación superficial exponerlos a riesgos laborales y accidentes?
¿Un «manotazo de ahogado»?
En segundo lugar, la industria minera, a pesar de su importancia en la economía provincial, ¿tiene la capacidad real de absorber a la gran cantidad de trabajadores petroleros afectados? La secretaria Ricci reconoció que no se podrá reubicar a todos, lo que deja a un número indeterminado de trabajadores en una situación de incertidumbre y vulnerabilidad.
¿Un «manotazo de ahogado»?
Desde algunos sectores, se plantea si esta medida no es un «manotazo de ahogado» del Gobierno provincial ante la urgencia de dar una respuesta a la crisis. ¿Se está priorizando la rapidez y la imagen pública por encima de una planificación profunda y una evaluación realista de las posibilidades de la minería como alternativa laboral?
Además, resurge la preocupación por el cumplimiento del 70/30 para trabajadores locales en la industria minera. La secretaria Ricci mencionó que se están reforzando inspecciones y sanciones, lo que sugiere que el Gobierno reconoce la existencia de problemas en este aspecto. ¿Podrán los trabajadores petroleros reconvertidos competir en igualdad de condiciones con trabajadores con experiencia en la minería?
¿Por qué no explorar otras alternativas?
Resulta llamativo que, ante la crisis petrolera, la minería sea presentada como la única alternativa viable para los trabajadores. ¿Acaso no existen otros sectores con potencial en Santa Cruz que podrían ser explorados y desarrollados?
El propio gobernador Claudio Vidal ha realizado declaraciones que sugieren la existencia de otras oportunidades para la provincia. En relación a la pesca, afirmó: «Santa Cruz recuperó el manejo de los recursos mediante un acuerdo histórico». ¿No podría este acuerdo ser el punto de partida para un plan de capacitación y desarrollo del sector pesquero que permita absorber a trabajadores desvinculados del petróleo?
En cuanto al campo, el gobernador expresó: “Vamos a volver a sembrar los campos”. ¿No podría esta iniciativa generar nuevas fuentes de empleo y requerir mano de obra capacitada?
Y en relación al turismo, Vidal declaró: “Con la planificación adecuada, podemos desarrollar cada rincón de la provincia de manera efectiva”. ¿No podría el turismo ser otro motor de crecimiento y empleo en Santa Cruz, especialmente si se invierte en infraestructura y capacitación?
La necesidad de un debate profundo
La crisis petrolera en Santa Cruz exige un debate profundo y honesto sobre el futuro de la región y sus trabajadores. La reconversión hacia la minería puede ser una opción, pero no debe ser presentada como la única solución mágica e inmediata. Es fundamental que el Gobierno, junto con los sindicatos, las empresas y los trabajadores, aborden los desafíos de esta transición con responsabilidad y transparencia, priorizando la seguridad laboral, la formación de calidad y la creación de empleo genuino y sostenible en diversos sectores, incluyendo la pesca, el campo y el turismo.