Los senadores de Santa Cruz tienen la rara posición de creer que poseen la centralidad absoluta en este duro tema del debate de la Ley Bases en el Congreso. Debido al ajustadísimo número que existe para aprobar o rechazar la norma, José Carambia y Natalia Gadano, quienes se hicieron conocidos públicamente por armar su oficina en los pasillos del senado de la nación, asumieron que su papel es fundamental para condicionar, no solo la aprobación, sino inclusive el quórum y por ese motivo llamaron a no bajar al recinto. Sin embargo, con esta última acción no tuvieron éxito porque el maleable Radical Martín Lousteau, en las últimas horas aseguró su presencia y aseguró la sesión.
Todo es válido, por cierto, son acciones que entran perfectamente en el juego que la democracia tiene prevista para estos mecanismos de representación, sin embargo los senadores y diputados nacionales de la provincia tienen una extraña posición política: piden, quieren y niegan su voto positivo y piden todo lo que quieren sin ceder nada.
Alicia Kirchner, José Carambia y Natalia Gadano llaman a votar negativamente la Ley Bases, pero piden que el gobierno no toque YCRT, quieren todas las inversiones en Represas (aunque no esté dentro del paquete está en medio de la negociación con Milei) y pretenden que las regalías mineras vayan de 3 a 5%. Obviamente eso no es una negociación, es una imposición.
Ahora la gran pregunta es si los senadores santacruceños están a favor o en contra de la provincia, debido a que la falta de flexibilidad para negociar sobre intereses fundamentales que el propio Gobernador promociona, hunde a Santa Cruz en la incertidumbre de lo que realmente va a ocurrir en el futuro con aquellos intereses provinciales que se deciden en el gobierno nacional.
La posición kirchnerista del “voto negativo” a todo, suena más a una cómoda posición de no negociar para evitar cargarse una responsabilidad coparticipada con el oficialismo, que a una necesidad de defender “los intereses de los santacruceños”, como le gusta decir a la ex Gobernadora, cosa que nunca hizo en 8 años de gobierno y en 32 que junto a su familia, gobernó Santa Cruz.
Ahora creen que a Santa Cruz se la defiende exigiendo todo sin negociar nada y eso es imposible, menos aún cuando enfrente hay un presidente de extraño comportamiento, con una lógica por fuera de la política ordinaria, sin pasado político que lo pueda condicionar, con un carácter irascible, una reacción impredecible y un concepto bastante parecido de lo que el kirchnerismo entiende por “negociación”, ya que Milei es tan obtuso e irracional como fueron los K, mientras tuvieron el poder absoluto.
Por eso y más allá de las diferencias con lo que hoy es “la oposición”, es bueno que el actual presidente no tenga manos libres, como tuvo el peronismo/kirchnerismo durante décadas para hacer lo que quisieran en el Congreso y así terminamos.
Ninguna hegemonía es buena, el balance es necesario; sin embargo, negociar como Alicia, Carambia y Gadano, no es hacerle un favor a Santa Cruz, es arroparse en la comodidad de la negativa permanente y el discurso fácil para no comprometerse, pero a su vez, exigiéndole al gobierno nacional que promueva el siga siga de los negocios que hace tantos años permanecen intocables en la provincia y nadie quiere perder ni ver que se modifiquen.
Agencia OPI Santa Cruz