Ante inversores canadienses, el secretario de Minería de la provincia, Pedro Tiberi, hizo un análisis de cómo las operaciones mineras utilizan la energía disponible para producir onzas de oro y plata. Desde el uso del gas oil, pasando por el Interconectado Nacional y llegando a la energía eólica.

En un escenario global cada vez más enfocado en la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente y las comunidades, Santa Cruz trabaja una nueva estrategia de transición energética en el ámbito de la minería.

Durante el evento “Santa Cruz Energía y Minería“, organizado por el Gobierno provincial y que contó con la destacada presencia de la Bolsa de Toronto e inversores canadienses, el secretario de Estado de Energía y Minería, Pedro Tiberi, detalló cómo este distrito productor líder de oro y plata de la República Argentina busca transformar su matriz energética en la industria extractiva, abriendo nuevas y atractivas oportunidades para la inversión.

La clave reside en la reducción drástica del consumo de energías no renovables, lo que no solo mitiga el impacto ambiental, sino que también optimiza la competitividad del sector.

Evolución histórica

Tiberi ofreció una retrospectiva reveladora sobre el panorama energético de la minería santacruceña. “En Santa Cruz la minería nació en la década de 1990, el Interconectado Nacional no existía“, recordó el funcionario, pintando un cuadro de los desafíos iniciales. Las primeras grandes operaciones metalíferas de Santa Cruz, como la de Cerro Vanguardia, dependían casi exclusivamente del gasoil para funcionar, utilizando hasta un 90% de este combustible.

Sin embargo, la necesidad de ser productivas forzó una adaptación. Cerro Vanguardia, pionera en el desarrollo de la minería metalífera argentina, tendió una cañería de gas desde el gasoducto San Martín, logrando transformar casi por completo su matriz energética a gas, dejando el gasoil únicamente para su flota vehicular. Proyectos posteriores, que entraron en producción a partir de 2014, ya adoptaron el gas como fuente principal desde su concepción.

A pesar de estos avances, el gran desafío de la minería en Santa Cruz ha sido históricamente su aislamiento de la red eléctrica nacional, lo que la obligaba a depender de fuentes no renovables. Esta debilidad, no obstante, está siendo superada en el Macizo del Deseado.

La extensión del Sistema Argentino de Interconexión hasta localidades clave como Perito Moreno y Los Antiguos permitió abrir un nuevo capítulo. Así, en la actualidad existen yacimientos como Minera San José y Cerro Negro (ambas situadas en cercanías a Perito Moreno) pudieron conectar parte de su infraestructura a la red eléctrica nacional, lo que les permite reducir significativamente su consumo de combustibles fósiles, limitando el uso de gasoil mayormente a sus flotas de vehículos.

Camino hacia la eficiencia

Más adelante, Pedro Tiberi presentó un análisis minucioso del consumo energético de las principales operaciones mineras de la provincia, destacando tanto los desafíos persistentes como los avances hacia una mayor eficiencia:

Cerro Negro: este yacimiento comenzó a integrar energía adquirida, principalmente eólica. Sin embargo, se aclaró que esta energía renovable a menudo proviene de la quema de gas o gasoil en otras provincias. Actualmente, su matriz se compone de un 61% de energía no renovable adquirida y un 35% de energía eólica. El ambicioso objetivo es reducir drásticamente el consumo de gasoil, que representa hoy una cifra millonaria, superando los 30 millones de dólares anuales en combustible para este yacimiento, con algunas operadoras alcanzando incluso los 60 millones. Esto subraya la urgencia económica de la transición.

Proyecto San José: Inaugurado en la década de 1990, este proyecto fue tradicionalmente dependiente del gasoil. Sin embargo, gracias a la construcción del Interconectado que lleva energía desde la sierra hasta la mina, San José ha logrado incorporar energía eólica. Para el año 2023, la meta era que aproximadamente el 75% de su energía fuera generada por el viento, lo que resalta la trascendencia de expandir la capacidad eólica en la provincia. Actualmente, el 78% de su energía es adquirida, aunque su origen final (gas o carbón en otras provincias) sigue siendo un factor a considerar.

Cerro Moro: Situada a 30 kilómetros al este de la costa patagónica en la región de Puerto Deseado y a más de 80 kilómetros de la Ruta 3, Cerro Moro opera al 100% con gasoil debido a su ubicación remota y la dificultad de extender el Interconectado. No obstante, la compañía ha tomado conciencia de esta dependencia y el año pasado presentó un plan ambicioso para reconvertir su matriz energéticaapostando por la energía solar en lugar de la eólica, dada su localización. Este cambio no solo busca reducir la huella ambiental, sino también los considerables costos asociados al consumo actual de combustible.

Cerro Vanguardia: Desde su primera producción en 1998, este yacimiento basó su producción energética en el consumo de gas. Actualmente, su promedio anual es de impresionantes 30 millones de metros cúbicos de gas, con un consumo adicional de 15.5 millones de litros de diésel destinado exclusivamente a su flota vehicular.

Don Nicolás: Este proyecto, el más cercano a la Ruta 3, a solo 11 kilómetros, aprovecha el gasoducto San Martín para generar su energía eléctrica. Aunque también consume diésel para su flota vehicular, ha instalado dos paneles solares y planea seguir aumentando su capacidad de generación fotovoltaica, con 2.65 kW actuales de generación a través de paneles fijos. Tiberi señaló que, aunque el gráfico no lo muestre explícitamente, Don Nicolás utiliza gas en su campamento principal, pero sus proyectos alejados dependen del gasoil por la falta de interconexión.

CAP Oeste: Ubicado al oeste de Santa Cruz, este proyecto ha operado históricamente con combustibles fósiles. Actualmente, el consumo principal se destina a la preparación del mineral y el lixiviado. Además, cuenta con paneles solares a pocos kilómetros del campamento que abastecen energéticamente el suministro de agua.

Compromiso

El Secretario de Minería enfatizó que la adopción de energías renovables no es solo una cuestión ambiental, sino un factor crucial de competitividad económica. Las mineras que logran conectarse al Sistema Eléctrico Nacional y aumentan su uso de gas o energías renovables, obtienen una onza de oro y plata mucho más barata de producir. Esta reducción de costos operativos es un incentivo poderoso para los inversores que buscan proyectos rentables y sostenibles.

La presentación del funcionario se apoyó en la metodología del IPCC 2006 para demostrar cómo el consumo de energías no renovables se traduce directamente en emisiones de dióxido de carbono. La exposición buscó mostrar el compromiso de Santa Cruz con los objetivos climáticos globales y el potencial de la provincia para cumplir si las operadoras continúan su reconversión energética. Los datos presentados revelaron que, si bien existen variaciones entre los yacimientos, la tendencia general es hacia la reducción de las emisiones por onza producida, especialmente en minas con alta concentración de oro, lo que impulsa aún más la eficiencia ambiental y económica.

En síntesis, la exposición de Pedro Tiberi subrayó que el futuro de la minería en Santa Cruz está inexorablemente ligado a la eficiencia energética y la adopción masiva de fuentes renovables. Estos factores no solo son esenciales para atraer nuevas inversiones y optimizar los costos de producción, sino que también son determinantes para posicionar a la provincia como un referente global en la minería sostenible y responsable.

La Opinión Austral

Por Infomix

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